Seamos líderes.

Líderes cristianos maduros para el siglo XXI

de la serie "Devocionales para el bus" 

por Hjalmar Hernández.


Imagen de LIAN30 en Pixabay

Hace poco terminé un curso sobre liderazgo de la Universidad de Los Andes y se nos hacía hincapié que todos somos llamados a ser líderes pero debemos considerar aspectos como los contextos y los problemas técnicos y de adaptación que podamos tener, además el conocer nuestras emociones y las de los demás. En fin para el siglo XXI debemos ver de forma sistémica los problemas que nos enfrentamos a diario y tener un rol más humano para liderarlos.

¿Qué pasa conmigo o contigo?

Estamos asumiendo el rol de líderes para nuestras realidades o dejamos que el pastor de turno quede a cargo de todo.

si no estás convencido de tu rol como líder porque no te sientes preparado, porque crees que solo eres un feligrés más o simplemente porque crees que Dios no te ha llamado. Déjame decirte que sí, Dios te ha llamado para que ejerzas un rol de liderazgo como cristiano ahí donde estés asignado (trabajo, universidad, fábrica, etc.)

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

4 factores que te pulirán como  líder.

Según el autor Crowford Loritts en su libro "Liderazgo perdurable" hay cuatro factores que Dios usa para madurar a un líder: 

El Sufrimiento.

El sufrimiento tiene un efecto transformador siempre y cuando nos dejemos llevar de la mano por nuestro Dios. Debemos recordar en nuestras tribulaciones que Dios está de nuestro lado, en primer lugar dandonos consuelo. (2 Co 1:3-7)

Las luchas personales.

Básicamente son el "aguijón de la carne" que decía Pablo, son cosas con las que luchamos a diario y son las que con más razón acudamos a nuestro Dios en oración. Puede ser algo como el orgullo desmedido o que usted todas las noches escuche diciéndose a sí mismo que no puede llevar a cabo su proyecto de vida. Es ese momento cuando Dios nos llama a recordar que El es nuestra roca y nuestro castillo (Sal 31:3-5)

El fracaso.

¿te has sentido fracasado? lo que debe considerarse realmente es si has aprendido algo de tus fracasos recientes. De cada fracaso se debe tener una lección aprendida y sobre todo crecer en humildad en el fondo más profundo que creamos que hayamos caído.

Nadie sigue a un líder que no ha fracasado o al menos no tiene la misma credibilidad. Por otro lado, ser líder implica tener pérdidas y asumirlas.

Éxito mediante penalidades.

El liderazgo consiste en enfrentar lo inesperado, y de hecho la palabra liderazgo se puede definir como la toma de acciones en función de un bien común. Tu capacidad para liderar tu vida y la de otros está en la capacidad de perseverar. Hay un precio a pagar, pero esas penalidades tendrán su fruto y bendición. (2 Ti 2:1-7)


La pregunta que te dejo hoy es:  ¿Serás el líder de tu vida y de tus responsabilidades que Dios te asigne?


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